Roberto Mancini anotaría un tanto que serviría para que Italia empatase por 1-1 frente a los anfitriones, Gianluca Vialli otro que serviría para vencer por 1-0 a la vigente subcampeona de Europa, España, camisetas del barça y Alessandro Altobelli y Luigi De Agostini certificaban el 2-0 para vencer a la selección nórdica. En ellas, los soviéticos hicieron gala de su gran fortaleza, y se impusieron a los del Mediterráneo por un 2-0 que les llevó a la final la cual perdieron frente a la selección neerlandesa de los Ronald Koeman, Frank Rijkaard, Ruud Gullit, y Marco van Basten, una de las mejores generaciones que asombraron al mundo, y en especial a Italia, en cuyos clubes militaban algunos de ellos.