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Había pasado un cuarto de hora desde que Nicola Rizzoli había pitado el final del partido y los jugadores del Atlético volvían a salir a un estadio medio lleno, de gente y de felicidad. Del rodaje de «Los abrazos rotos» dice que fue «intenso», «muy duro», y «muy diferente» a lo que había hecho hasta ahora. Al rodaje incial no pudo acudir Santi, pero llega esta semana con Gemma, a hacer sus papeles con Vero. Vio una rendija entre Piqué y Jordi Alba por donde podía colarse Valverde, a quien Busquets nunca pudo perseguir. Pudo ganar, es cierto, pero se echó en falta fluidez y verticalidad. Si no, lo hubiese hecho por delante de Villa y casi de cualquiera. Un Simeone que necesita las acotaciones porque si no, no se entiende. Como en las películas de guerra, a Diego Simeone le faltaba la chaqueta de camuflaje en las escaleras del túnel de vestuarios.

BARCELONA Match Attax Champions League 2017 card 2016/17 - eBay Muchos valores», dijo, y confesó algo que no suele confesar, y es lo que les dijo a los futbolistas justo antes de salir por el túnel de vestuarios. Y el fútbol les pagó con las segundas semifinales en tres años. Es difícil encontrar una asociación en la que se reflejen mejor dos grandes conceptos de la ‘marca España’: la mejor gastronomía y el mejor fútbol. El Bayern Múnich, otro de los grandes candidatos, luce la vitola de favorito indiscutible ante el Oporto, al que visitará en Portugal en el primer cruce. Apple retomó este concepto desarrollado por IBM en 1998 y renombró así a sus pantallas, siendo más un aspecto publicitario que una innovación. Cuando te lo hacen a ti, te sienta peor, por más que tú estés obrando y apretando a otro para hacer lo mismo que a ti no te agrada que te hagan. En la Premier, el City depende de sí mismo hacerse con el título. El todavía jugador del Barça ganaría 10 millones de euros en la Juventus, camiseta barcelona 2020 lo mismo que gana actualmente en el club blaugrana. El Barça tampoco pasó apuros al anular el juego del Manchester City de Pellegrini a golpe de control y posesión de balón tanto en la ida como en la vuelta.

El conjunto azulgrana, en plena forma tras juguetear con el Manchester City y relevar al Real Madrid del liderazgo en la Liga, podrá dar el golpe en la vuelta del Camp Nou, otra ventaja. Yo trato de hacerles comprender que esto es un trabajo y que se tienen que dar placer. El Barça de Messi y sus compinches Neymar y Luis Suárez tendrá otro atractivo choque ante el PSG, que viene crecido y de dar al golpe al Chelsea de Mourinho en los octavos. Esta última ausencia es casi mortal, con lo que Klopp tendrá que encomendarse en el Bernabéu a lo que resuelva en ataque su ‘velocirraptor’ rubio Marco Reus -lleva un mes parado y no jugó en la derrota contra el Zenit ruso (1-2)- y el armenio Henrich Mkhitaryan, un mediapunta de talento sobresaliente con cabeza levantada en la conducción y el pase final, aunque peca de irregularidad. O Carlo Ancelotti, que se agarra a la vuelta de Modric, se desquita del ‘0-4’ contra el argentino de esta campaña o tendrá las horas contadas en el Bernabéu.

En Liga, ración en el Bernabéu (1-2) como con el baile del 4-0 sin paliativos del Calderón. A partir del premio gordo blanco, el rumbo viró siempre a favor de Simeone, que le ha ganado la mano de calle al italiano en cuatro de los seis derbis más recientes -los dos restantes fueron tablas inservibles en el Bernabéu tanto en Copa como en la Supercopa-. Los de Simeone demostraron una facilidad sorprendente para tumbar a un decadente Milan en los dos partidos, con Arda y Diego Costa mostrando sus recientes poderes europeos. Desde luego, los dos finalistas del pasado año preferirían haberse evitado, por todo el desgaste que conlleva dos partidos entre enemigos íntimos, con el plus de que este nuevo derbi madrileño sirva de revancha mayor de la final de la pasada Champions, la Décima del Real Madrid en la prórroga después de que Sergio Ramos rescatase a un Real Madrid al filo del KO con su cabezazo en el 93′. Éxtasis ‘vikingo’ y sonrisa de par en par de Ancelotti con un 4-1 final en la prórroga, después del tremendo desgaste Atlético -sin Arda y con un Diego Costa que apenas aguantó ocho minutos por lesión- llevará al vecino al límite del fracaso.

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