En el último partido de grupo, Italia necesitaba obligadamente una victoria, que lograría finalmente derrotar por 2-0 a la selección francesa, con goles de Andrea Pirlo y de Daniele De Rossi; además, los franceses hubieron de jugar gran parte del encuentro con un jugador menos debido a la temprana expulsión de Éric Abidal tras cometer falta a Luca Toni, camiseta del barça y que se agravó con la lesión de Franck Ribéry.